La mujer que decapitó y coció la cabeza de su pareja confiesa que el hombre la «quería dejar»
María del Carmen Merino, la mujer detenida por tener en su poder la cabeza de su pareja en Castro Urdiales, ha confesado a los agentes que la han interrogado que el hombre la «quería dejar». Un detalle que los investigadores manejan y que podría apuntar a un posible móvil económico.
La mujer a la que la Guardia Civil detuvo el pasado lunes por haber guardado la cabeza de su pareja no ha admitido en ningún momento haber sido ella quién le mató. Dice que se encontró la cabeza en la puerta de su casa, a modo amenaza, y que entonces decidió guardarla. Por miedo a que esos supuestos amenazadores fueran a por ella y porque era «lo único» que le quedaba de recuerdo de Jesús Mari, con quien llevaba conviviendo cerca de ocho años.
Sin embargo, pese a que la mujer describió en un primer momento una relación idílica, sin problemas con su pareja, finalmente ha confesado que las cosas no iban bien entre ellos en los últimos meses de convivencia. La «iba a dejar» aseguran fuentes de la investigación que confesó la mujer sevillana residente en Castro Urdiales.
Tras conocer esos detalles, Guardia Civil apuntala su hipótesis principal de que la mujer pudo asesinar al hombre por motivos económicos, ya que en caso de ruptura sentimental «debería haberse buscado otra vivienda, además de obtener una fuente de ingresos». En ese caso la mujer debería haber vuelto a trabajar, ya que hasta ahora su pareja Jesús María, jubilado de banca, le costeaba todos los gastos. Incluso varias operaciones médicas -de vista y odontólogas- a las que se sometió en clínicas privadas.
Por otra parte, fuentes de la investigación destacan también que los detalles del hallazgo de la cabeza apuntan a que la mujer actuó «con una sangre fría impropia de una persona normal». Por ello, explican, se va a solicitar un informe psiquiátrico de la mujer, que decidió cocer la cabeza de su pareja para retirarle las partes blandas y dejarla en forma calavérica.
Estafas a familiares
Sevillana de Utrera, Mari Carmen ya tenía antecedentes por estafa desde el año 2013 cuando engañó a miembros de su propia familia. Entonces sustrajo de la cuenta de su hermano unos miles de euros.
Cuatro años después, en 2017, un juzgado de Vigo emitía una requisitoria por otro delito de estafa. Precisamente el desmedido interés de Mari Carmen por el dinero y su falta de empatía con sus más allegados apunta a un móvil económico en la desaparición el pasado mes de febrero de quien era su pareja, Jesús María, un jubilado bilbaíno con el que convivía en la localidad Cántabra de Castro Urdiales. Estaríamos, según los expertos, ante un perfil que roza lo antisocial, de una mujer acostumbrada a aprovecharse de los demás.
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